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Cultura de feedback 1:1 en remoto para startups exitosas

Si hay algo que nos ha aportado a la nueva era digital, es la transición repentina hacia una cultura remota

Si hay algo que el 2020 nos ha aportado a la nueva era digital, es la transición repentina hacia una cultura empresarial enfocada 100% al trabajo en remoto.

Hay quienes partían con ventaja por haberse iniciado previamente en esta modalidad, pero para muchos fue una situación totalmente nueva que ha traído consigo nuevos cambios culturales y organizacionales. Te contamos en este post cómo hemos trabajado, desde Fresh People, la gestión de equipos en remoto: la implementación del modelo de feedback 1:1 online.

El mayor reto fue acompañar a l@s managers a convertirse en auténticos líderes para su equipo, fomentando su presencia en el día a día, su influencia positiva en cada acción, y su implicación como verdaderos coaches emocionales.

Pero veamos la diferencia, ¿en qué se distingue el liderazgo en remoto del liderazgo habitual de una situación cotidiana? Lo primero que tenemos que entender, es que la interacción física nos da una serie de inputs no verbales que nos ayudan a tener más información de los demás, mejorando así las relaciones interpersonales.

Por ejemplo, un manager podría descubrir fácilmente que una persona de su equipo se encuentra en bajo estado emocional porque ha detectado en varios momentos que le cuesta concentrarse, tiene una expresión facial diferente o bien se ha ausentado de algunas responsabilidades; probablemente acabe dando con la causa del problema en un 1:1.

Detectar situaciones de crisis emocionales se vuelve más difícil cuando nos encontramos a distancia y el punto de contacto son reuniones virtuales de equipo que, en algunas ocasiones, no requiere tanta interacción.

¿Significa esto que el teletrabajo es sinónimo de un “enfriamiento de nuestras relaciones interpersonales”? La respuesta correcta, si seguimos usando los mismos procedimientos que se hacían antes, probablemente sea sí, y el sentimiento de aislamiento irá en aumento.

Sin embargo, empleando las técnicas adecuadas para esta situación, conseguiremos no sólo que disminuya la sensación de soledad, sino que mejoremos la calidad de las relaciones y del acompañamiento.

El primer cambio cultural pasa por aumentar el control de nuestras acciones.

Si nos enfocamos en ello, seremos personas más proactivas, empoderaremos nuestro rol en nuestro equipo, y no nos “dejaremos llevar por las exigencias del momento”. El entorno de oficina es característico por tener constantes interrupciones a lo largo del día, circunstancias que obligan a menudo a dejar lo que estamos haciendo y a focalizarnos en solucionar un nuevo problema, o en atender a alguien que nos necesita.

Cuando se trabaja en remoto, las interrupciones disminuyen, aportando así más autonomía en la organización individual y control de la agenda. Visto de esta manera, parece que son todo ventajas, pero esto implica esforzarse en mejorar la capacidad de autogestión, autoliderazgo, y proactividad.

Esta mentalidad en comparación con la dinámica en la que nos dejamos llevar, producirá mayor estrés a corto plazo, ya que, de la otra manera, el cerebro se siente más cómodo centrándose únicamente en los inputs que van presentándose.

La ventaja real de empezar a ejercer el autocontrol, es que a largo plazo obtendremos múltiples beneficios reflejados en los resultados individuales y colectivos; eso sí, cambiar este “chip” es fruto de un esfuerzo repetitivo y de nuestra habituación.

Si tienes el control de tu tiempo y de tu agenda, tienes el control para focalizar tu energía en todo aquello que produce valor; y nada generará más valor de ti, como manager, que ayudar e inspirar a las personas de tu equipo a que consigan dar su mejor versión, convirtiéndose en multiplicadores de sí mismos.

Una vez has conseguido obtener el control de tu tiempo, es fundamental destinar franjas horarias a tiempo de calidad único para tu equipo: organiza la agenda de tu semana procurando disponer de tiempo extra para hacer seguimiento de su trabajo, resolver dudas, o dar feedback sobre cómo lo están haciendo.

Hazles saber que te encuentras disponible en diferentes intervalos de tiempo para que organicen sus sprints. Aprovecha la oportunidad para aumentar la cantidad de 1:1 con las personas de tu equipo, especialmente con aquellos que veas que lo necesitan más. Trata de agendar estos eventos para que sucedan de manera periódica -así aseguras el compromiso con este tipo de reuniones-.

De nada sirve tener un 1:1 si no se ha preparado la reunión previamente.

No llegarías a una reunión con un posible cliente sin haber organizado de antemano los puntos a discutir, ¿verdad?, entonces, ¿por qué hacerlo con tu cliente interno?. Organiza una plantilla con varios puntos que se irán tocando en la sesión: situación emocional, feedback sobre las tareas, evaluación de habilidades, propuesta de planes de acción…

Piensa y anota aquellos aspectos que son importantes abordar durante la charla. Además, el hecho de estar en casa, puede ser un buen pretexto para construir un roadmap de desarrollo para cada miembro del equipo, al finalizar los 1:1, puedes hacerle ver a cada uno, de manera visual, en qué punto se encuentra de ese camino. Esto le añadirá un toque gamificado al proceso.

Recuerda que a las personas nos gusta ser parte de un equipo y sentirnos valiosos para él. Hazles ver que su contribución es importante para que la consecución de los resultados. Es fácil que el aislamiento nos produzca sensaciones negativas y haga cuestionarnos el porqué de todo; trata de aportar pequeñas inyecciones de energía recurrentemente para evitar que tu equipo caiga en tendencias negativas.

Muéstrate empátic@ en las conversaciones,  ahora más que nunca se trata de ser menos “jefe” y más “compañer@”. No todas las personas reaccionan de la misma manera ante situaciones adversas, trata de entender qué circunstancias le puede llegar a generar más ansiedad y utiliza el poder de la pregunta: ¿qué te gustaría conseguir?, ¿cómo puedo ayudarte?… Los mejores líderes son aquellos que entienden las fortalezas y debilidades de su equipo.

El teletrabajo obliga a charlar menos y a comunicar más.

Debemos adueñarnos de nuestro tiempo y entender que éste debe ser orientado lo máximo posible a conseguir avances. Aprovecha este cambio de paradigma para transmitir más feedback a tu equipo, les estás dando una maravillosa oportunidad de crecer y superarse a sí mismos. Eso sí, procura dar este feedback, en la medida de lo posible, en una videollamada donde se pueda dar contacto visual: nuestros gestos y tono de voz constituyen el 80% de lo que comunicamos. Con estas acciones estaremos fomentando una relación de confianza mutua entre ambos -siempre y cuando el feedback se aporte de manera constructiva-.

Otra forma de aprovechar estas circunstancias a tu favor y acercarte a tu equipo, es facilitando sistemas de innovación que en otro momento no podrían llevarse a cabo. El trabajo en remoto abre un mundo de posibilidades y de nuevos proyectos que podrían ser interesantes para la empresa, y para la colaboración con otras áreas. Imagina romper con las estructuras tradicionales montando equipos multidisciplinares que trabajan por proyectos. ¿Crees que es descabellado? Te aseguramos que es más que posible.

En cualquier caso, y a modo resumen, tu implicación como líder supone una parte muy importante para el salario emocional de los miembros de tu equipo. Más allá de generosas bonificaciones, las personas con el mejor talento valoran sentir que su modelo a seguir les acompaña de manera continuada, haciéndoles sentir valiosos y llenos de potencial.

Parafraseando a Simon Sinek, los llamamos líderes porque son capaces de sacrificarse para que su gente pueda sentirse segura y protegida, cuando esto sucede, la respuesta natural es que la gente entregaría todo por ellos, porque las personas son capaces de arriesgarse por un líder que también se sacrificaría por ellos.

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